¿Siempre ves problemas donde no los hay? La ciencia te cuenta él porqué.

Es muy posible que si te ha llamado la atención este título seas de esas personas que siempre está pensando y sacándole punta a cualquier tipo de pensamiento, acción o comentario.

Propio o ajeno.

Buscas problemas donde realmente no los hay.

Procuras decirle a tu mente que todo está bien como esta y que no es necesario pensar más.

Si embargo,  es precisamente este tipo de pensamientos el que alimenta la preocupación.

Quizás estés cansada de que te digan que preocuparse tanto no es bueno para ti o que la ansiedad que sufres es debido a este tipo de conducta.

Antes de nada déjame decirte que la base de la ansiedad en muchas ocasiones se sustenta en una autoestima pobre.

Yo lo he sufrido y por eso quiero obsequiarte con un ebook titulado: ``Cómo tener más autoestima que Wonder Woman´´, donde te cuento las clave que me ayudaron a volver a confiar en mi misma.

¿Por qué la mente busca problemas?

Quizás son cientos las veces que hayas intentado convencerte de que todo está bien. Sin embargo, no todo depende de ti.

La neurociencia ha demostrado que la mente tiene la necesidad de estar analizando constantemente todo para de esta manera, garantizar la supervivencia.

Somos una fábrica de pensamientos que no descansa ni durmiendo.

¿Te ha pasado alguna vez que llevas todo el día pensando en un tema y por la noche sigues soñando con lo mismo?.

El cerebro está diseñado para no dejar de pensar.

Sin embargo, es posible tener cierto control mental que te ayude a prevenir esa necesidad continua de estar pensando.

Una de las principales funciones del cerebro es la de imaginar posibles consecuencias de un acto o posibles escenarios de un mañana.

¿Quizás esa persona se asombre de verte mañana en la fiesta y decida marcharse?

¿Quizás el vestido que vas a llevar este verano se rompa y no tienes otro de repuesto?

Autenticas películas que nuestra cabeza inventa y que en la mayoría de ocasiones nunca ocurren como pensamos.

Entonces, si es un mecanismo de defensa del cerebro… ¿Quiere decir que es inevitable actuar así?

No

Las preocupaciones son normales.

Lo que no sería normal es ir por la vida sin ningún tipo de preocupación o sin tener cuidado de nada.

Es necesario aprender a controlar estos pensamientos para que no ganen la batalla.

Si te preocupa un tema, analízalo. Dedícale unos minutos al día para analizarlo.

Si encuentras la solución ves a por ella. Si no la encuentras pide ayuda o vuelve a pensar en otro momento, pero no sigas con esa rumiación.

Hay cosa en la vida que por mucho que queramos tienen una difícil solución y entonces no queda otra que hacer uso de algo tan bueno para ti como lo es encontrar una solución: Aceptar la situación como es.

Sin juicios.

Sin culpas.

Acepta lo que el universo te ha dado.

El circuito de retroalimentación

A la hora de procesar información el  cerebro usa los datos que hay en él usando el llamado circuito de retroalimentación.

En esta parte el circuito se encuentra la amígdala, que se ocupa de detectar alarmas o posibles daños.

Después pasa esa señal de peligro a la corteza prefrontal que será quien la procese.

Lo normal seria que esa señal se analice y se ponga en situación, definiendo si realmente es peligrosa o no.

Algo que no siempre ocurre.

De hecho, en ocasiones esta corteza imagina todo un mundo de hechos que podrían salir mal basándonos en el estímulo recibido por la amígdala.

También es importante destacar que cuando el cerebro se alimenta de preocupaciones la atención se centra en el detalle.

Es decir, si estás centrado en un determinado problema, no vas a ver nada más que el problema.

Por lo que tampoco verás la solución.

El estrés o la ansiedad puede hacer que ese detallismo casi obsesivo, se intensifique y no podamos ver más allá

Si eres una persona que piensa excesivamente es relevante que empieces por ganar seguridad en ti misma.

Para eso, te invito a leer : ``Como tener más autoestima que Wonder Woman´´, donde te contaré una serie de trucos que me ayudaron a conseguir una mejor autoestima.